No me cabe en la cabeza

Vivo en un mundo dividido en 192 países soberanos, 50 territorios con alguna particularidad en su soberanía y la Ciudad del Vaticano, dando la nota como siempre. Tanto dato no me cabe en la cabeza.
Comparto el planeta con más de seis mil millones de seres humanos, la mayoría de los cuales no es de mi raza, no habla mi lengua, no comparte mis creencias, es mucho más pobre que yo y me moriré sin haberla visto jamás. Tanta diferencia no me cabe en la cabeza.
Por la televisión y por Internet me entero de muchas cosas de estas personas con las que comparto la Tierra, especialmente de sus tragedias y aflicciones y de la vida regalada de sus ídolos y de sus gobernantes. Tanto dolor y tanta desigualdad no me caben en la cabeza.
También sé que comparto el mundo con millones de especies vivas que conforman ecosistemas en muchos de los cuales yo no podría ni respirar, y que mi ecosistema se llama ciudad (hay otros humanos capaces de vivir en el campo), y que me estoy cargando sin quererlo todos los demás ecosistemas. Tanta culpa no me cabe en la cabeza.
Luego está el mundo de lo infinitamente grande y lejano: quince mil millones de años luz o más. Y el mundo de lo infinitamente pequeño, que se mide en picometros o menos. Es fascinante, pero no me cabe en la cabeza.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que no me cabe en la cabeza.
A mí en la cabeza me cabe lo justo para una escapada de fin de semana. El resto de la conciencia lo llevo en un pincho que, hasta que no lo pinchas, es como si no lo llevaras. A veces ni pinchándolo funciona, por misteriosas razones neuroelectrónicas. Otras veces se pincha solo y me deja asombrado de lo que sé (¿sabía, habría sabido, supe, sobrasada?) acerca de lo uno y lo diverso, de lo concreto y de lo abstracto, de la potencia y del acto.
Si alguien comparte mi tribulación o la comprende, por favor, escríbame para decirme qué hago con mi vida, cuál es el siguiente paso para mejorar el mundo.
Yo, mientras tanto, voy a llevar esta botella de coñac vacía al contenedor de vidrio.

No hay comentarios: